A veces cuesta aceptar que Marjane Satrapi haya dejado la historieta, algo que hace tan bien, por el cine, que realiza apenas con corrección. Vista en retrospectiva, su carrera como historietista duró solo cuatro años y sus obras, para ser completas, requieren que se junten solo tres: las ya citadas Persépolis y Bordados, y Polloconciruelas, publicada en 2004. Sin embargo, no hay artículo cuya finalidad sea fijar el canon de la novela gráfica que no incluya Persépolis –muchos la ponen a la par de Maus– e, incluso, hay quienes afirman que fue esta obra la que cambió el género para siempre. Lo cierto es que Persépolis fue parte, y quizás la cima, de varios fenómenos que se tocaron y empezaron a volverse frecuentes con el cambio de siglo: la creciente cantidad de mujeres haciendo cómic, la h...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate