Son las 8.30 del sábado. El sol fuerte de febrero se levanta sobre Cordón. Gabi sale del refugio, como sus compañeras, caminando lento. Carga una mochila pequeña, una bolsa con ropa de abrigo y alguna que otra pilcha más; otras, una cartera, papeles de su vida, carpetas y una foto carnet del hijo en la billetera vacía. Mate en mano, termo atajado con el antebrazo contra el pecho y un refuerzo de jamón y queso: el desayuno. No hay apuro. Hay todo un día por delante.
Gabi, como la mayoría de sus compañeras, está preocupada porque el equipo del refugio le avisó que los nuevos planes para personas en situación de calle en el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) incluyen la creación de centros nocturnos para mayores de 18 años donde varones, mujeres y personas trans convivirían.
—Esta...
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