Cuando todavía estamos recuperándonos del impacto de que Chrissie Hynde –al frente de su banda The Pretenders– fuera telonera de Phil Collins en el Estadio Centenario en marzo y no al revés (probablemente la denominación “telonera” no sea exacta, pero en todo caso no era la artista principal), leer sus memorias ayuda a recordar los avatares de una banda que es algo así como el resumen de la historia del rock y a constatar en qué medida ella es una de las últimas sobrevivientes de una especie en vías de extinción.
Hynde concentra, en sí misma, el blues, el rock, el punk y el pop, con sus genialidades y torpezas, en toda su grandiosidad y miseria. Conjura, además, en su avatar vital, el recorrido de aquellos que, por primera vez transformaron un ritmo musical en un modo de vida.
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