Esta nouvelle de Walter Biurrun es el relato de una mudanza, pero es mucho más, es una cornucopia de personajes grotescos e imágenes magnéticas. Comienza con la aparición portentosa –“como un místico animal en pena”– del viejo camión de mudanzas y su tripulación: Lucas, Mateo y el sargento Traz en la cabina, el increíble Pedro y el “Pulga” en la caja. Esta troupe de peones se divierte, se burla y pelea entre sí, y se detiene a reponer el alcohol en sangre del sargento Traz antes de llegar tarde a la mudanza.
En el segundo capítulo, sin dar tiempo para que el lector acomode los personajes en el camión, el narrador introduce la silenciosa casa de los Estrella, a Vladimiro –el editor del diario del partido–, a sus hijas Laura y Milka, a la fotografía de su esposa muerta, a su suegro Gurnov...
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