El Parlamento debía votar el lunes la permanencia o no, por un año más, de las tropas uruguayas en Haití. Tiempo atrás el presidente José Mujica había prometido que si se demostraba que el país caribeño marchaba hacia una dictadura o si no estabilizaba su situación política de manera “aceptable” para “una democracia” Uruguay se retiraría de inmediato. A lo largo de los más de diez años (toda la “década progresista”) que lleva estacionada en territorio haitiano la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah), las pruebas de que Haití es cualquier cosa menos una democracia se han ido acumulando. Como se han ido acumulando las pruebas de que la Minustah en nada ha contribuido a mejorar la situación, o si ha contribuido a algo es a consolidar el statu quo. Fraude tras fraude, las elecciones realizadas en el período han sido impresentables, incluidas las últimas, de hace apenas unas semanas, con una participación inferior a cualquier mínimo más o menos “aceptable”, y la represión de las protestas sociales ha ido en aumento, con su saldo “habitual” de muertos y desaparecidos. Organizaciones de derechos humanos han documentado la participación de cascos azules en esa represión y en otras violaciones a los derechos humanos. Pero nada de todo eso ha bastado a ningún gobierno “progresista” de la región para retirar a sus soldados. En el Parlamento uruguayo, el lunes un solo diputado del Frente Amplio, Luis Puig, del PVP, votó en contra de la permanencia de las tropas. Otros tres (los socialistas Gonzalo Civila y Roberto Chiazzaro, y Macarena Gelman, del Ir) la votaron por “disciplina partidaria”, pero reclamaron una revisión de la postura de la coalición. Puig podría ser sancionado, porque la Mesa Política frenteamplista, por unanimidad, había aprobado la prórroga. También votaron en contra los representantes del Partido Independiente, Unidad Popular y los blancos Edgardo Mier y Graciela Bianchi. Las barras fueron desalojadas: sobre los legisladores llovieron medias desde arriba. “Chupamedias”, les gritaban. Y también: “Alcahuetes del imperio”.
Uruguay extiende la presencia de sus tropas en Haití