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Elecciones en el Codicen

Una oportunidad para el diálogo y el cambio de estrategia

El sábado pasado se llevaron a cabo las elecciones para los dos cargos de consejeros docentes del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), que acompañarán a los tres cargos políticos ya designados por la actual coalición de gobierno. Participaron 44.503 docentes de la ANEP, quienes eligieron entre siete listas que se presentaron en dos lemas, uno que representaba a los sindicatos de la enseñanza (Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay [CSEU], PIT-CNT) y otro que representaba a sectores afines a la coalición de gobierno.

El contexto en que se hizo la consulta fue, sin lugar a duda, el factor gravitante para los resultados obtenidos en el escrutinio primario. A pesar de la existencia de un 25 por ciento de votos observados, el resultado significa un rotundo apoyo de los docentes de la ANEP a las listas de los sindicatos de la enseñanza (Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de Educación Primaria [FUM-TEP], Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria [Fenapes] y Asociación de Funcionarios de la Universidad del Trabajo del Uruguay [AFUTU]), que se llevarán los dos cargos en disputa con cerca de un 70 por ciento de los votos.

Las listas de los sindicatos de la enseñanza se presentaron bajo el lema «En defensa de la educación pública», que estuvo integrado por la lista 1 (encabezada por Limber Santos), la lista 11 (Julián Mazzoni) y la lista 30 (Daysi Iglesias). Por su parte, las listas mayoritariamente afines a la coalición de gobierno lo hicieron bajo el lema «Participación y representación plural sin exclusiones»: lista 3 (Laura Battagliese), lista 4 (Óscar Pedrozo), lista 21 (Álvaro Guillén) y lista 33 (Freddy Amaro). Con los resultados primarios, es seguro el ingreso de Julián Mazzoni (Fenapes) al cargo del Codicen. Con los votos observados, se dirimirá el segundo cargo entre Daysi Iglesias (FUM-TEP) y Limber Santos (FUM-TEP) (véanse en el cuadro 1 los resultados por lista y región).

En el escrutinio primario, el lema «En defensa de la educación pública» llegó a 18.080 votos, mientras que el lema «Participación y representación plural sin exclusiones» alcanzó los 6.767 votos. Al momento de escribirse esta columna, aún quedan 11.256 votos observados, que representan un 25 por ciento del total. No obstante, es muy probable que los votos observados sigan la tendencia vista en el escrutinio primario, lo que significará que las listas sindicales llegarían a más de 20 mil votos y las afines a la coalición de gobierno no alcanzarían los 9 mil votos.

Las listas oficialistas pretendían mantener un cargo de los dos que estaban en disputa. Presentaron plataformas afines a las políticas de la actual administración e hicieron un pacto de no hablar sobre la Ley de Urgente Consideración (LUC), aunque varios de sus candidatos criticaron la eliminación de los delegados docentes en los consejos desconcentrados, dispuesta por esa ley.

Por su parte, las listas sindicales se pusieron como meta ganar nuevamente los dos cargos al Codicen, criticaron duramente la LUC, los recortes presupuestales de la ANEP y la reducción de horas docentes. También criticaron duramente la persecución sindical, cuyas puntas de lanza son los sumarios a docentes de San José por sacarse una foto en un liceo –sin presencia de alumnos– con carteles contra la LUC y los ataques –y sometimiento al escarnio público– a dirigentes de la Fenapes y exmiembros del Consejo de Enseñanza Secundaria, impulsados por el diputado colorado Felipe Schipani a través de una comisión investigadora.

La discusión de la LUC fue uno de los temas claves de la campaña. La persecución sindical y los sumarios a docentes de aula inclinaron la balanza hacia los sindicatos. También los recortes presupuestales y el comienzo del deterioro de los salarios –con una perspectiva incierta marcada por declaraciones del estilo de «lo que importa son los resultados y no los recursos»–, los recortes de horas docentes y la incertidumbre por una reforma que pone en duda su seguridad laboral hicieron que la mayoría de los docentes optara por quienes defienden sus derechos y sus ingresos. En las salas de profesores y los equipos de dirección se palpaba un malestar generalizado que la actual administración no supo leer. Este contexto llevó a que 10 mil votos en blanco de 2015 apoyaran en esta oportunidad a las listas sindicales.

LA ESTRATEGIA DE GOBIERNO

Para impulsar reformas en los sistemas educativos es necesario contar con capacidades políticas y técnicas que permitan articular los intereses diversos, enfrentar condiciones cambiantes y mantener definiciones estratégicas. La experiencia internacional demuestra que el diálogo y los acuerdos con las organizaciones sindicales ofrecen mayor gobernabilidad en la implementación de reformas. Estos procesos suelen ser más lentos, necesitan de acuerdos políticos de largo plazo y de una dinámica incremental que mantenga las definiciones estratégicas. No parece ser la estrategia elegida cuando se culpabiliza de todos los problemas a los sindicatos, se señala –como lo hizo el ministro Pablo da Silveira– que «son parte del problema, no de la solución» y se acusa falsamente a la oposición de que «en 15 años no se hizo nada». Más que tender puentes y articular intereses diversos, parece impulsarse la creación de una grieta.

Para llevar adelante un proceso de reforma resulta clave, además, el análisis de los actores, aquellos grupos o instituciones que tienen intereses legítimos o que se verán afectados por el cambio. Más allá de la viabilidad técnica de la propuesta y de contar con recursos financieros –cosa que no aparece en el presupuesto–, se debe contar con viabilidad política.

Las reformas que no parten de un diálogo franco y de buena fe con los docentes están destinadas a quedar en un proyecto piloto o a desandarse, como ocurrió desde 2001 con la reforma del ciclo básico de 1996. El caso de la reforma de los bachilleratos tecnológicos de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) durante la administración Rama es, en cambio, una demostración por la positiva. Se logró un acuerdo con las Asambleas Técnico Docentes (ATD) de UTU (a través de la aprobación por el Codicen de un plan piloto ATD similar al de Formación Profesional Básica de 2008) y que el sindicato AFUTU no vetara la reforma. El plan se ha mantenido durante cinco administraciones y se extendió a los colegios privados.

ANTECEDENTES Y PERSPECTIVAS

El análisis de las elecciones que se produjeron desde 2010, a partir de la Ley General de Educación de 2008, nos permite observar que el colectivo docente se siente mayoritariamente representado por los sindicatos y que solo en una oportunidad las listas opositoras a ellos lograron acceder a un cargo en el Codicen: en 2015, paradójicamente cuando tuvieron menos votos. Esto animó, ahora, a las listas opositoras a los sindicatos a proponerse lograr nuevamente un consejero.

El cuadro 2 presenta los resultados de las elecciones de 2010, 2015 y 2021 (en este caso, se presenta el escrutinio primario y una proyección) agrupadas según lemas: en listas sindicales o afines a los partidos tradicionales. En 2010, primera elección, la lista sindical llegó a 19.479 votos, mientras que las afines a los partidos tradicionales llegaron a 9.016 votos, con 12.261 votos en blanco y 1.059 anulados. En este año, los dos cargos fueron para la lista sindical.

En 2015 se produjo un fenómeno que tiene varias causas, por el que las listas sindicales perdieron unos 7 mil votos y llegaron a un total de 12.449 votos, mientras que la lista afín a los partidos tradicionales obtuvo 6.711 (perdieron 2.305 votos). Los votos en blanco llegaron a 18.752 (casi el 50 por ciento). Esto significó que Robert Silva accediera a un cargo en el Codicen y se transformara en un cuadro político del Partido Colorado, lo que a la postre lo transformó en candidato a la vicepresidencia de esa formación.

En primera instancia, los resultados electorales transforman a los sindicatos de la enseñanza reunidos en la CSEU en un actor clave y relevante en términos de desarrollo de políticas públicas en el sector. Por otra parte, abren dos caminos para los procesos de reforma que están en la agenda de gobierno: el diálogo amplio con la oposición y los sindicatos o el impulso unilateral del proyecto oficialista con una oposición del 70 por ciento de los docentes de la ANEP y, seguramente, del Frente Amplio. Después de un prolongado silencio, declaraciones recientes de los miembros del Codicen Juan Gabito y Robert Silva parecen abrir una esperanza al diálogo.

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