Hace cien años se produjo la gran matanza de la Primera Guerra Mundial. Los detalles de su origen y desarrollo, del pavoroso número de muertos, heridos, mutilados y locos que provocó son conocidos. Los manicomios se vieron colmados de hombres trastornados por el infierno de las trincheras.
Las secuelas de sufrimiento en madres, esposas, hijos, perduraron y se sumaron al dolor que traería la Segunda Guerra.
Aquella primera guerra estalla en el espléndido verano europeo de 1914, cuando se anunciaba que la vendimia daría vinos excelentes. Cuando, al decir de Stefan Zweig, todos se querían. Muchos recibieron la noticia disfrutando del sol y los baños en las playas.
Los primos, el zar Nicolás II de Rusia, el emperador Guillermo de Alemania, el rey Jorge de Inglaterra, que en su infanci...
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