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Traslados

Si bien las condiciones en que se encontraban alojados los adolescentes detenidos en el Ceprili eran violatorias de los derechos humanos, nada parece indicar que en su nuevo destino -uno de los establecimientos del Sirpa- mejore su situación.

El martes pasado las autoridades del Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente (Sirpa) trasladaron a los 20 adolescentes que se encontraban recluidos en el Centro de Privación de Libertad (Ceprili), para alojarlos en uno de los nuevos establecimientos del organismo, el Centro de Estudio y Derivación (Cied), inaugurado en diciembre de 2014.

Si bien las condiciones en que se encontraban alojados los adolescentes detenidos en el Ceprili eran violatorias de los derechos humanos, nada parece indicar que en su nuevo destino mejore su situación.

La representante de la Organización Mundial Contra la Tortura (Omtc) Carolina Barbara, quien estuvo la semana pasada en nuestro país, fue muy crítica con respecto a las condiciones del Cied. “Fue muy mal construido y sigue lógicas como la construcción de celdas de aislamiento, prohibidas por estándares internacionales a los que Uruguay adhirió (…). ¡No puede ser que construyan desde cero un centro de privación de libertad de adolescentes y hagan celdas de aislamiento!”, criticó (La Diaria, 21-IV-15).

El director del Sirpa, Ruben Villaverde, dijo a Brecha que el traslado no respondió a las críticas del organismo internacional, sino que estaba previsto desde hacía unos meses y que las demoras respondieron a que faltaba ajustar algunos detalles en el nuevo establecimiento.

Sin embargo, Luis Pedernera, del Comité por los Derechos del Niño (Cdn), aseguró a Brecha que los cuestionamientos sobre el estado del Ceprili llegaron también de parte de las próximas autoridades del Sirpa. “La futura dirección tenía en sus planes el traslado porque consideraba el sitio un lugar indigno”, aseguró Pedernera.

Sobre el estado del nuevo centro, el representante del Cdn fue elocuente: “Tenemos testimonios de adolescentes que nos dicen que, comparado con el lugar en el que están, el Ceprili era un cinco estrellas”. La situación no es muy distinta en el establecimiento construido en el predio del Batallón número 9, e inaugurado también a fines del año pasado. “Algunos funcionarios nos han dicho que hay partes de la estructura con grietas, y que en los días de lluvias fuertes parte del establecimiento se inunda”, señaló Pedernera. El mal estado edilicio afecta también a los propios funcionarios. “Los trabajadores comen en el pasillo que está en el patio porque no tienen lugar para descansar”, dijo.

La futura directora del Sirpa, Gabriela Fulco, se excusó de hacer declaraciones al respecto. “No corresponde que dé información hasta el día que asuma; obviamente que tenemos nuestra propuesta y nuestra idea de qué hacer, pero cualquier cosa que diga va a interferir con lo que estén decidiendo las actuales autoridades”, expresó. Según confirmó a Brecha, su asunción se concretaría en un plazo de diez días. Consultada por la demora en efectivizar su posesión del cargo, Fulco respondió que “lamentablemente” se demoró la asunción de las autoridades del Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay, de donde todavía depende el Sirpa, hasta que se concrete la instalación del Irpa (nombre que se le dará una vez que salga de la órbita del Inau). “Son cuestiones administrativas”, explicó.
Sobre la llegada de una nueva dirección al Sirpa, Pedernera dijo que en el Comité por los Derechos del Niño “hay cierta expectativa con algunos de los planteos de hacia dónde tienen idea de orientar la ejecución de las sanciones”. Agregó que la futura directora planteó la “necesidad de una política con objetivos claros, alineada, en la que no haya diferencias entre los centros”. Según Pedernera, Fulco se manifestó favorable a que organizaciones como el Cdn monitoreen la situación de los adolescentes privados de libertad. “Hay una línea constructiva, de diálogo. Diferente a la que ha tenido la administración anterior”, sostuvo.

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