Las consecuencias del fuego que se expandió desde una habitación del piso 5 del hotel Aramaya el lunes 17 de octubre son, por demás, tangibles: una mujer de 31 años fallecida –Mónica Olivera– y dos de sus hijos, con quemaduras en las extremidades, internados en el Hospital Pereira Rossell, además de otras personas con heridas menos graves. Lo que aún no se esclarece son las causas concretas que lo provocaron. Para determinar eventuales responsabilidades es fundamental la pericia que, en estos días, lleva adelante la Dirección Nacional de Bomberos (DNB) y que le será suministrada al fiscal de Flagrancia de Quinto Turno, Diego Pérez, a cargo de investigar el episodio. «Todo indicaría que fue un hecho accidental», por lo que, si se detectan responsabilidades, se configuraría un «hecho culpos...
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