No fue una sorpresa: el ministro del Interior no dispuso que sus “observadores” se infiltraran entre la multitud que se congregó en Pocitos para festejar otro cumpleaños de Peñarol, ni que los más violentos de la barra brava fueran detenidos “preventivamente” para evitar los desmanes, que por supuesto ocurrieron en la rambla y avenida Brasil el viernes 27 de setiembre. Que se sepa, ningún fiscal ha abierto una causa para indagar en los incidentes que provocaron la rotura de semáforos y alumbrado público, y que no dejaron una vidriera sana en las inmediaciones, para no mencionar los saqueos. La Policía intervino sobre la 1 de la mañana del sábado, tres horas después de iniciarse la concentración, y finalmente no hubo ningún detenido que pudiera ser interrogado por algún juez. Después de ...
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