Para Ana Ruzo, la vida anterior a la pandemia de covid-19 ya era una incierta cifra de muertes. Antes de que el virus confinara a los chilenos en sus hogares, la cineasta y fotógrafa salió a las calles de Santiago durante meses, junto con más de 1 millón de personas en todo el país, para protestar contra la desigualdad generalizada, unas manifestaciones inicialmente desencadenadas por el aumento de la tarifa del metro en octubre de 2019.
«Tengo imágenes en mi cerebro que no podré olvidar fácilmente», dice sobre la represión estatal que siguió a las protestas. «Vi personas que habían perdido un ojo y muchas otras que sangraban.» Ruzo relata la dificultad de presenciar la violencia: «Era difícil volver a casa después de ver todo eso, sabiendo que esas personas no iban a estar allí al día...
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