Un debate descafeinado en el que se develó una llamativa ausencia de temperamentales discursos laudó, luego de tres días de sesiones cansinas, el primer paso legislativo en Diputados de la última instancia presupuestal de este tercer gobierno del Frente Amplio, que continuará en el Senado. Factores exógenos y el déficit fiscal local le dieron la pátina a un acotado plan de gastos e inversiones.
La última rendición, aprobada en general sólo con oficialistas, ya está en manos del Senado, que reanudará 45 días más de debates, negociaciones y, eventualmente, modificaciones en alguno de sus 353 artículos; 28 más de los que originalmente les había remitido el Poder Ejecutivo al Parlamento.
Tres jornadas divididas en diez horas de sesión; el plenario de la Cámara baja no escatimó esfuerzos ...
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