Sabían - Brecha digital
ANEP conocía la situación de hambre de niños y adolescentes desde 2020

Sabían

Merienda en una escuela publica de Montevideo. HÉCTOR PIASTRI

Entre 2020 y 2021 la ANEP avaló la implementación de dos encuestas para evaluar la prevalencia de la inseguridad alimentaria en hogares de niños, niñas y adolescentes escolarizados de Montevideo. La investigación fue realizada por el Núcleo Interdisciplinario Alimentación y Bienestar de la Udelar. Los resultados negativos del estudio fueron enviados oportunamente a las autoridades, que evitaron su difusión, alegando que se trataba de informes técnicos de uso interno. Brecha solicitó los documentos a través de un pedido de acceso a la información pública.

El estudio sobre la situación de los adolescentes se realizó a fines de 2020. Los resultados indicaron que la inseguridad alimentaria afectaba entonces al 24 por ciento de los hogares. De ese 24 por ciento –según el informe final–: «El 19,1 por ciento había experimentado inseguridad alimentaria moderada, es decir que no tenían dinero o recursos suficientes para llevar una dieta saludable, tenían incertidumbre acerca de su capacidad de poder adquirir alimentos o probablemente habían tenido que saltearse alguna comida o se habían quedado sin alimentos de forma ocasional. Mientras tanto, el 5,1 por ciento de los hogares había experimentado inseguridad alimentaria grave, lo que indica que se habían quedado sin alimentos o que alguna persona del hogar estuvo todo un día sin comer en más de una oportunidad desde marzo de 2020». La inseguridad alimentaria de los adolescentes de liceos privados alcanzó el 5,1 por ciento, mientras que la de los adolescentes de liceos públicos fue del 43,5 por ciento. Asimismo, la inseguridad alimentaria grave en los hogares vinculados con liceos privados fue del 0,5 por ciento y en los hogares vinculados con liceos públicos fue del 9,7 por ciento. La ANEP fue informada de los resultados en diciembre de 2020.

El estudio sobre los niños y las niñas se realizó un año después. Los resultados arrojaron que el 39 por ciento de los hogares había experimentado algún grado de inseguridad alimentaria en los 12 meses anteriores a la encuesta. De este último grupo, un 28 por ciento de los hogares presentaba inseguridad alimentaria moderada: «Sus integrantes habían comido poca variedad de alimentos o menos de lo que pensaban que debían comer, habían sentido hambre, pero no habían comido o habían dejado de comer durante todo un día debido a falta de dinero u otros recursos». En tanto, un 11 por ciento de los hogares experimentó inseguridad alimentaria grave, es decir: «Algún integrante había sentido hambre, pero no había comido o el hogar se había quedado sin alimentos». El documento, que fue entregado a las autoridades de la ANEP a fines de 2021, agregaba que más del 70 por ciento de los hogares con inseguridad alimentaria moderada y casi el 90 por ciento de los hogares con inseguridad alimentaria grave pertenecían «al nivel socioeconómico bajo».

En mayo de 2022, Brecha publicó un extenso reportaje («Donde ruge», Brecha, 12-V-22) que hacía públicas algunas situaciones de hambre padecidas por adolescentes de liceos públicos de Montevideo. A principios de junio, Juan Gabito –consejero de la ANEP por el Poder Ejecutivo– dijo a En perspectiva que las denuncias lo tomaban por sorpresa. Declaró: «Ninguna de estas situaciones ha sido planteada por ningún director ni ningún inspector». El consejero relativizó la versión del semanario, aludiendo a un «relato de segunda mano». Dijo: «Hay alguien que le dice a un periodista que la familia dice que… Eso, si lo fuésemos a juzgar desde el punto de vista del derecho, no es una prueba válida». En el momento de las declaraciones de Gabito la ANEP contaba con los dos informes de la Udelar.

Artículos relacionados

Edición 1931 Suscriptores
Las dos caras de la «transformación educativa»

La segunda reforma

La formación de los docentes en Uruguay

Cien flores

Edición 1923 Suscriptores
La nueva malla curricular para la educación básica

«Vísteme despacio, que tengo prisa»