El país está maduro y las fuerzas armadas conocen su rol. Corresponde al Congreso, titular de todos los poderes que otorga el voto –y a los demás líderes políticos–, hallar una salida constitucional a este impasse antes de que el intento de cambiar el sentido de las consignas de la voz de las calles conduzca a la violencia democrática de las masas agraviadas.» Así terminaba uno de los tantos artículos publicados en la última edición de la Revista do Clube Militar (n.º 487, octubre-noviembre de 2022) que defienden y elogian a los movimientos bolsonaristas que no aceptaron el resultado de las elecciones.
Con el título «La voz sorda de las calles», el texto de Marco Aurélio Costa Vieira –general de división de la reserva del Ejército y presidente del Consejo Editorial del Instituto General Villas Bôas– argumenta que «el grito de los descontentos ante los acontecimientos de hoy en Brasil, en el sentido de una ruptura institucional, puede parecer ilegal, pero es justo y justificado».
En la reserva del Ejército hace más de 11 años, Vieira recibe un salario bruto mensual de más de 35 mil reales (7 mil dólares). Fue secretario especial de Deporte durante casi cuatro meses en el gobierno de Jair Bolsonaro. El Instituto General Villas Bôas, que tiene a Vieira en su directorio, es una asociación fundada en 2020 por el propio Eduardo Villas Bôas, excomandante del Ejército (2015-2019), y por otros militares. Funciona como difusor de ideas y proyectos militares conservadores. Por los eventos del instituto han pasado varias figuras bolsonaristas, como los exministros Ricardo Salles y Damares Alves, la diputada federal Carla Zambelli y el periodista Alexandre García.
En otro artículo en el mismo número de la revista, el general Vieira dice que «al pueblo le sobran razones históricas y constitucionales para pedir la intervención militar».
ARMONÍA IDEOLÓGICA
La historiadora, doctora en Derecho por la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro e investigadora del Instituto de Posgrado de Ginebra Fernanda Abreu Silva dio con la Revista do Clube Militar cuando estaba terminando su doctorado y buscaba entender por qué en los últimos años los militares han decidido retomar su protagonismo político. «Comencé una investigación centrada en la militarización de la política en Brasil desde la perspectiva de las disputas por la memoria. Para eso, necesitaba leer lo que producían los militares en términos de discusión política», comenta.
La investigadora resalta que el club no es una institución orgánica del Ejército, sino una asociación de soldados de la reserva que, según ellos mismos, busca defender los legítimos intereses de sus miembros. «La revista es el vehículo de difusión del club, el que, a su vez, sería el vocero de esa categoría militar», apunta. Según Abreu Silva, el contenido de los artículos muestra que «las ideas bolsonaristas y las propagadas por los militares de reserva están en armonía y lo han estado durante mucho tiempo».
Según datos del Portal de Transparencia del Estado brasileño, el Club Militar recibió más de 12 millones de reales (2,3 millones de dólares) directamente del gobierno federal durante la gestión de Bolsonaro. Los pagos llegaron desde el Ministerio de Defensa y se descontaron de forma automática de salarios de militares miembros del club, principalmente de uniformados en servicio activo.
HACER INVIABLE EL GOBIERNO
«Ustedes merecen admiración, respeto, aceptación y esperanza.» Así se titula el texto publicado en el mismo número de la Revista do Clube Militar por Luiz Eduardo Rocha Paiva, general de brigada de la reserva del Ejército, donde el militar asegura que las manifestaciones bolsonaristas tras las elecciones fueron «legales, legítimas, pacíficas, espontáneas y llenas de espíritu cívico y patriótico».
En el artículo, el general anuncia que «habrá una serie de movimientos legales, legítimos y ordenados, pero permanentes y afirmativos, que harán inviable el gobierno» de Lula, protagonizados por quienes los militares llaman «nuestros hermanos de la Primavera Brasileña». Recientemente, Agência Pública reveló que la expresión, una adaptación de Primavera Árabe, fue acuñada y difundida en los últimos meses por el exestratega de Donald Trump Steve Bannon como forma de alentar a quienes no aceptan la derrota de Bolsonaro.
En la reserva del Ejército desde hace casi 16 años, Paiva recibe del Ministerio de Defensa 30.700 reales (6 mil dólares) al mes. En octubre del año pasado, pocos días antes del balotaje, el Comando del Ejército le pagó un viaje de Brasilia a Río de Janeiro para dar conferencias.
(Publicado originalmente en Agencia Pública. Traducción de fragmentos y titulación a cargo de Brecha.)