Cada amanecer, luego de viajar más de un centenar de quilómetros, llegan al cementerio patrimonial de Santa Ifigenia las flores para la tumba de Fidel Castro. Aunque una parte de los ramos se colocan ante las cercanas sepulturas del héroe nacional, y de la madre y el padre de la Patria, hasta el último de los implicados en el traslado labora con la conciencia de que el principal destinatario de la ofrenda es el “Comandante”. Toda la operación parte de esa premisa. Sin la presencia de Fidel el camposanto no ostentaría la especial condición de que disfruta, ni recibiría diariamente a miles de visitantes. Incluso la avenida Patria, su principal vía de acceso, fue construida anticipando la circunstancia actual.
LA CIUDAD DE FIDEL. Santiago de Cuba pareciera depender de la presencia del homb...
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