Uno puede pensar que el día del inodoro es para rendir homenaje al Renegáu, pero no es así.
En el mundo hay unos 2.400 millones de personas que carecen de wáter y son casi 1.000 millones las que defecan al aire libre. Por eso, endijpué de tantos años, Mendieta, la Onu decretó el 19 de noviembre como Día Mundial del Inodoro, para generar conciencia sobre la importancia de contar con este lugar sagrado donde no acude tanta gente.
En la India sólo el 47 por ciento de la población tiene inodoros en sus casas. Son más los que usan teléfono celular que los que usan un wáter. Esto tiene que ver con que, entre las funciones que ofrece el celular, hay una aplicación que les dice cómo encontrar el inodoro más cercano. “Cuando la naturaleza llama, ¡utiliza tu celular!”, dice el cartel que la publicita. Cuando tienen ganas de ir al baño, seguramente se excusan diciendo: “Me voy a echar una llamada”.
De todas maneras no hace falta ir al sur de Asia para encontrar que la pantalla del celular tiene diez veces más bacterias que la tapa de un wáter, o que tres de cada cuatro personas usan el celular mientras están sentadas en el trono.
Pensar que mientras en India más de la mitad de la población no tiene inodoro, a 3 mil quilómetros, los japonenses desarrollaron un wáter inteligente que tiene calefacción, conexión wifi y hasta reconocimiento personal, una variante del software de reconocimiento facial para caras menos agraciadas.
Uno a veces no es reconocido por su propio perro y a los nipones, aunque no les mueve la cola, los reconoce el wáter.
Estos artefactos incluyen una alarma que empieza a sonar a los 30 minutos de estar sentado.
Acá esta función no es necesaria porque tenemos algo que se llama familia, que mucho antes de la media hora te están pateando la puerta.
Mediante el wifi, usando una pulsera especial que revela los cambios de temperatura y presión corporal, el inodoro electrónico detecta tus necesidades antes de que te sientes.
Vos no sabés lo que vas a hacer, pero estos artefactos lo anticipan. Es lo que tiene la inteligencia artificial: dicho mal y pronto, con el inodoro inteligente podés hacer lo que se te canta el culo.
También trae conexión Bluetooth que permite controlar sus funciones de lavado personal desde el celular. Con una aplicación podés realizar un seguimiento de tus movimientos intestinales y así monitorear tu salud.
Viene a ser como una especie de Gps orientador de los excrementos, al que sólo le falta hablar y decirte “gire a la derecha en la próxima salida” o “recalculando”.
El peligro, como pasa con todo lo que está conectado a Internet, es que es vulnerable a los hackers.
Una cosa es que te “hackeen” el Facebook o la webcam de la computadora, otra cosa es que te irrumpan en el inodoro inteligente y te aumenten la intensidad del chorro limpiador y/o te activen la función de enema y/o te calienten el asiento. O que te intervengan el sistema de navegación, asuman el control del tránsito y termines ensuciando la bañera.