El novelista
argentino Héctor Libertella y la poeta Tamara
Kamenszain estuvieron casados más de veinte años. Luego se separaron. Un tiempo
después de la separación, él, que nunca había escrito poemas, deslizó uno por
debajo de la puerta de la casa que los dos habían compartido. Ella lo guardó en
un cajón, sin darle mucha importancia. Quince años más tarde, ya con Libertella
muerto, Kamenszain, que nunca había escrito prosa, escribió El libro de
Tamar, una relectura de aquel poema. Esta relectura es, sobre todo, una
versión de la historia de una pareja pautada por la literatura. Si tuviéramos
que asignarle un género, sería un ensayo que se desborda en la autobiografía.
No queda muy claro por qué Kamenszain
vuelve ahora a ese texto olvidado. Tal vez por la sorpresa de que, justo ella,
qu...
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