Otro año más: es difícil reconocerlos tras el maquillaje y dentro de los coloridos vestuarios, cantando y bailando. Y la gente, desde sus sillas, aplaude. Como si nada hubiera pasado. Como si lo que pasó hace tres años se hubiera borrado de la memoria. Como si, efectivamente, no existiera una condena social.
Fueron casi 300 los testimonios. Mujeres y adolescentes enviaron a una cuenta de Instagram mensajes en los que detallaban abusos y violencias que vivieron en el carnaval uruguayo. Estos relatos fueron publicados de manera anónima, aunque, en muchos casos, los agresores eran claramente identificables. Ante esta explosión, la fiscalía solicitó el acceso a la cuenta para comenzar las investigaciones.
(DES)AMPARADAS
Clara1 fue de las que se animó a llegar a la Justicia. En 2020 e...
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