Las miles de personas que se subieron al muro del Berlín en la noche del 9 de noviembre de 1989 representan la imagen más simbólica del cambio definitivo que supuso para el mundo la caída del bloque socialista. Algunos de ellos, munidos de martillos y cinceles con los que desgajaban pequeñas partes de los enormes bloques de hormigón que encerraban a Berlín occidental, festejaban la apertura irrestricta de fronteras que el gobierno de la República Democrática Alemana (Rda) había anunciado apenas unas horas antes.
ALGUNOS YA SABÍAN. Acaso lo más icónico no fue el hecho sino la manera y el momento en que tuvo lugar, porque si bien sorpresivo, de ninguna manera podía ser inesperado. En la memoria colectiva mundial está grabada la mítica conferencia de prensa de la tarde del 9 de noviembre e...
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