Tras intensos meses de conversaciones entre los dos gobiernos, en la medianoche del 20 de julio fueron restablecidas las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, con la reapertura de la embajada cubana en Washington. Pero en la capital estadounidense, mientras los alrededor de 500 invitados a la ceremonia formal de reapertura hicieron escuchar sus cánticos en apoyo a la revolución, desde fuera de la sede diplomática un grupo de anticastristas clamaban su rechazo. “¡Cuba sí, Fidel no!”, gritaban.
En La Habana, según cuenta María Antonieta Colunga Olivera en el diario digital OnCuba, se percibía a su vez “una calma plomiza”, propia de “un lunes como otro cualquiera”. “La gente fue a trabajar, a la consulta del médico, a tomarse un helado, a una reunión… En el intermedio de esa...
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