En la tarde del pasado jueves 13, Estela de Carlotto presentó a Javier Matías, el nieto 130 recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo. Carlotto explicó que fue Javier quien se acercó, en 2016, a la filial de Abuelas en Córdoba para plantear sus dudas y hacerse análisis de Adn en busca de esclarecer su identidad.
Javier Matías Darroux Mijalchuk nació en agosto de 1977 y, en la Navidad de ese año, acompañó a su madre, Elena Mijalchuk, a la cita en la que fue secuestrada, posiblemente por una patota de la Escuela de Mecánica de la Armada. Javier apareció en la calle, a tres cuadras de ese centro clandestino de detención, y fue rescatado por una vecina. Elena había acudido a la cita como respuesta a una carta que su marido, Juan Manuel Darroux, le había enviado tras ser secuestrado en la zona norte del Gran Buenos Aires ese mismo mes de diciembre. Nunca más se supo nada de ellos.
Se trata de uno de los pocos casos en que no se conoce que las víctimas tuvieran militancia política o gremial, ni fueron vistos por sobrevivientes de la dictadura en centros clandestinos de detención, cuarteles militares o dependencias policiales. En el momento de la desaparición, Juan Manuel era empleado administrativo de la Universidad de Morón y Elena estaba a punto de recibirse de contadora pública en la misma universidad. Ambos compartían casa en la localidad de Caseros, en la zona oeste del Gran Buenos Aires.
Las familias Darroux y Mijalchuk pidieron, a fines de los años ochenta, la presunción de fallecimiento para la pareja. Pero fue Roberto Mijalchuk, hermano de Elena, quien en 1999 se acercó a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y radicó la denuncia por desaparición de su hermana, su sobrino y su cuñado. Así se abrió un expediente también en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, dado que Elena estaba embarazada en el momento de su desaparición. Ahora, la búsqueda apunta a encontrar al hermano o hermana de Javier. Porque, como dijo su tío, Roberto Mijalchuk, en la conferencia de prensa en La Casa de las Abuelas, “un desaparecido es un muerto que vuelve todos los días”.