«El tiempo para Ida es siempre una sorpresa, algo que viene de afuera como un golpe de viento y que, por lo general, asusta un poco. Decir la hora en su presencia es un pecado: jamás puede creer que son las cinco cuando son las cinco. Siempre ha sido así, encantadora y única en su desconcierto.» Con estas palabras, publicadas por primera vez en 1985 en el semanario Jaque, María Inés Silva Vila recordaba a su amiga y compañera de generación. Casi 40 años después su nieta, María Inés Arrillaga, retrata a Vitale casi de idéntica manera, no a través de la literatura, sino del cine; distintos lenguajes para hablar, con igual admiración, de la misma poeta.
EL ABECÉ DEL ORDEN
«El mundo es caótico y, por fortuna, difícilmente clasificable, pero el caos, materia susceptible de convertirse en...
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