Se puede decir que, en términos generales, la situación comenzaba a encauzarse. Después de una fuerte caída en el primer año de pandemia –que alcanzó los 6 puntos del PBI–, ya en 2021 la economía tenía su primer rebote fuerte y la actividad retomaba su ritmo en algunos sectores. Aún afectados por las consecuencias derivadas del covid-19 y con un primer semestre en el que todavía se producían intensos brotes de contagio, los indicadores macroeconómicos de ese año reflejaban una situación sensiblemente mejor a la de 2020. Por su parte, el primer semestre de 2022 empezaba con una tónica similar a la que habíamos asistido al cierre del año: recuperación en la actividad, movimiento en el mercado laboral y gran dinamismo en algunos sectores puntuales (fundamentalmente en los vinculados a la exp...
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