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La Institución Nacional de Derechos Humanos inició acciones de oficio contra la censura de Tenfield a una murga.

No se calló la cabra

Detrás del colorido, la pintura y el disfraz, la fiesta de Momo encierra zonas oscuras y conflictos que muchas veces se laudan en clave mafiosa. Esta vez le tocó a la murga Cayó la Cabra, que hizo un par de chistes que le molestaron a Tenfield y le aplicaron la censura.

Cayó la Cabra en una actuación en el Velódromo Municipal / Foto: Adhoc, Javier Calvelo

El Carnaval y el fútbol tienen varios aspectos en común: son pasiones populares donde hay hinchadas, pases estelares, liguilla, premios, campeones, dueños de conjuntos que a la vez son contratistas o ex futbolistas, fuertes intereses económicos y pequeños espacios de poder. También coinciden en que las dos actividades se inscriben en una suerte de realidad paralela, un circuito cerrado donde campea la arbitrariedad de “capos” y “padrinos” y donde no es bienvenida casi ninguna regulación externa. Otra coincidencia es que ambos espectáculos son transmitidos por la empresa Tenfield, que paga por los derechos de televisación e impone sus reglas de juego con bastante discrecionalidad y con métodos que a esta altura resultan torpes y algo anacrónicos. Un ejemplo de esto último es la censura que ...

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