En realidad, los Mumin no se parecen a hipopótamos: se parecen a Kant. O, al menos, eso fue lo que intentó Tove Jansson cuando, siendo todavía una niña, dibujó la primera encarnación de sus criaturas. Es que había perdido una discusión con su hermano acerca del filósofo alemán y, furiosa, lo dibujó lo más feo que pudo en la pared del baño de la casa de veraneo de la familia. Al lado, escribió la frase: «Lo mejor es la libertad», el comienzo de la «Canción de la libertad», del poeta y teólogo medieval sueco Thomas Simonsson. No por casualidad los libros de los Mumin tienen su hondura filosófica.
Jansson nació en 1914 y para finales de la Segunda Guerra Mundial ya era célebre. Pero, a pesar de que es venerada en Escandinavia desde hace más de 70 años (y en Inglaterra a partir de mediados...
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