Montevideo, 19 de agosto de 1964
Sr. Mario Vargas Llosa,
París
Querido tocayo:
Hace un par de semanas que tengo la intención de escribirles a ti y a Edwards, no sólo para cumplir con la elemental obligación de enviarles los respectivos recortes de los reportajes publicados en La Mañana, sino también para continuar (lástima que ahora sin beaujolais) la amistad y el buen diálogo iniciados en ese incanjeable París que ustedes tienen la suerte de sufrir disfrutando. Pero no pasaba de la intención. La verdad es que a mi regreso de Europa me encontré con una montaña de trabajo tan agobiadora que de un día para otro apenas tengo tiempo para tomar impulso y proseguir.
23 de agosto.- Como si lo que te estaba escribiendo hace nueve días precisara confirmación, tuve que sacar el papel...
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