Es un poco aterrador darse cuenta de que el mundo del entretenimiento está moldeado por la cultura en la que uno creció, y dirigido directo a nuestro bolsillo (sobre todo cuando el bolsillo que la industria considera más adecuado de ser explotado está miserablemente vacío). “¡Ahahahá, ganamos!” –y vaya uno a saber cuál es el premio.
En el cine Star Wars –Iggy Pop en el Teatro de Verano, Ney Matogrosso en el Auditorio del Sodre– y en la televisión Twin Peaks. Es como “Tercera expedición”, el cuento de Ray Bradbury de Crónicas marcianas: de repente ahí está de nuevo la casa de la juventud, tal como era antes, y te vas a dormir al cuarto con tu hermano. Y cuando te das cuenta de que debe de haber gato encerrado y te levantás con la excusa de ir a tomar agua, la amada voz dice fríamente a ...
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