Finalmente se ha conocido el resultado de la polémica desatada por la posible demolición del edificio de la confitería Cantegrill diseñado por el arquitecto Humberto Pittamiglio (1887-1966).
Hasta ahora podía pensarse que todos los argumentos en defensa de la construcción o a favor de su desaparición habían sido vertidos por calificados actores en oportunidad de la discusión, y que, cualquiera fuese la resolución adoptada, ésta no conformaría a uno de los dos bandos. Pues bien, en el afán de conformar a todos se ha logrado exactamente lo contrario.
Es que la brutalidad de la imagen que ha comenzado a circular a modo de promoción no permite dudar acerca de la inviabilidad de este absurdo “camino del medio”.
Se sabe, o debería saberse, que es buena cosa –siempre que sea posible– con...
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