Andrés Manuel López Obrador arrasó. Esta vez no hubo sorpresa: las encuestas acertaron. El enojo social le ganó al miedo inducido durante años por el gran capital y los medios hegemónicos. AMLO, como le dicen, dejó de ser “un peligro para México”. Con 30 millones de votos, un récord para un presidente mexicano, y una elevada participación (estimada en 63 por ciento) para el promedio del país, obtuvo una enorme legitimidad democrática y gran concentración de poder territorial: salvo en el estado de Guanajuato, se impuso en las otras 31 entidades del país, obteniendo además cinco de las nueve gobernaciones en disputa, incluida la Ciudad de México, capital de la república, donde su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se alzó con 11 de las 16 alcaldías.
Además, la coalición...
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