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Arranca la campaña por la anulación parcial de la LUC

Los aprestos

En la Comisión Nacional por el Sí existe acuerdo para desarrollar una estrategia amplia que involucre a nuevos sectores de la sociedad y que la lógica de la confrontación no sea solo FA versus el gobierno. Lo que parece no convencer a todos es la consigna central (La LUC no es Uruguay), porque puede confundir a la hora de introducir la papeleta del Sí en las urnas.

Mauricio Zina

Mañana a las 16.00 en el Velódromo Municipal se lanza la campaña por la anulación de 135 artículos de la LUC, con un espectáculo artístico y la lectura de una proclama por parte de Majo Hernández y Yamandú Cardozo. La conducción del acto estará a cargo de Isabel Jorge y Fito Galli. La selección de los conductores, así como la de quienes realizarán la lectura del texto, no es casual y forma parte de la estrategia de quienes componen la Comisión Nacional por el Sí a la anulación de 135 artículos de la LUC. Las organizaciones sociales y políticas que la componen entienden que «la amplitud» debe ser una condicionante de cara al referéndum, que seguramente ocurrirá en el primer trimestre de 2022. El exsenador Rafael Michelini (uno de los representantes del Frente Amplio [FA] en la Comisión) señaló a Brecha que la idea que prima entre todos los participantes es que la campaña no debe tomarse como la confrontación entre el gobierno y la oposición política, sino «como el enfrentamiento a un proyecto que minimiza el Estado y le da más facultades al mercado». «No hablamos de una elección a mitad de tiempo –alegó–, el gobierno va a seguir y el Parlamento va a seguir. Nosotros queremos erradicar 135 artículos que son nefastos para nuestro ordenamiento jurídico. Muchos batllistas y wilsonistas que creen en el Estado, en su papel de protección y como dinamizador, y que pueden haber votado a Lacalle no están de acuerdo con estos artículos.»

En la misma sintonía, José Nunes, dirigente socialista y también integrante de la Comisión, comentó a este semanario que «no es una confrontación entre partidos políticos, es una confrontación entre propuestas. Nos oponemos a 135 artículos que consideramos negativos, que de alguna manera están expresando un modelo de desarrollo que entendemos como muy negativo para el país, que tiende a la concentración de las decisiones en las autoridades del gobierno, un modelo que tiende a la concentración de la riqueza, a debilitar el rol del Estado y a desproteger a los sectores más vulnerables de la sociedad, que insiste en el punitivismo y la represión como solución a los problemas de la convivencia y la seguridad».

En esa línea de razonamiento, Amira Fagúndez, dirigente de la Federación de Estudiantes Universitarios, comentó a Brecha: «Hemos trabajado mucho en fortalecer las organizaciones sociales y que no se genere solo el dilema del FA versus el gobierno y la coalición».

El posicionamiento de los integrantes de la Comisión revela un discurso que busca evitar el relato, dominante en el gobierno y la coalición multicolor, de que los impulsores de la anulación buscan desestabilizar la actual administración y desconocer los resultados electorales de 2019. En esa contienda dialéctica, la reducción de la batalla del referéndum a una simple postura política partidaria opositora pretendida desde el oficialismo oculta, en opinión de los promotores del Sí a la anulación, la naturaleza de un debate cultural, político y económico que va más allá de los alineamientos partidarios e implica un modelo que pretende implantarse y merece una discusión democrática de toda la sociedad.

Gustavo González, secretario general de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), dijo a Brecha que ve al gobierno «muy preocupado remitiéndose al miedo y al terror de la gente. Lo que dijo el ministro de Educación, por ejemplo, de que si se anulan los 135 artículos volveríamos a la educación soviética, me parece una barbaridad. No creo que a ningún niño le hayan dado un tomo de Lenin o Marx. Las 800 mil firmas fueron un salto en calidad del movimiento popular, fue colocar el debate verdaderamente democrático a nivel de la ciudadanía. Y ahora tienen que salir a defender la ley».

EJES DE LA CAMPAÑA

Michelini argumentó que el debate de estos meses no puede escapar a ninguno de los temas cuestionados en esos artículos a anular. Sobre la posible mejora de la seguridad ciudadana relacionada con los cambios introducidos en la LUC por el oficialismo, planteó: «Para combatir a los delincuentes no nos tienen que sacar garantías y derechos a los ciudadanos y ciudadanas honestos. No parece lógico que por opinar diferente a un policía te puedan acusar de desacato y meterte tres años preso. Es una locura. O que el Estado amplíe el tiempo en que se comunica un arresto al fiscal».

A propósito de esto, la Comisión plantea la conformación de varias mesas temáticas en las que los expositores serán, preferentemente, especialistas y académicos. Ya se realizaron dos: una sobre vivienda (una de las expositoras fue la abogada Valeria España) y otra sobre economía (a cargo del senador y economista Daniel Olesker). Para el miércoles 27 de octubre está prevista la mesa de seguridad, con la exposición del abogado Sergio Rodríguez (un blanco independiente de Salto). El 3 de noviembre tendrá lugar una actividad sobre inteligencia del Estado, adopciones y otros temas de la LUC, mientras que el 10 de noviembre la temática versará sobre educación. Finalmente, el 17 del mismo mes se tratará la situación de las empresas públicas y del Instituto Nacional de Colonización. En principio, todas tendrán lugar en la Sala Camacuá del sindicato bancario y combinarán la presencialidad y la transmisión por las redes sociales.

Y para hoy en la plaza Alba Roballo está prevista una actividad llamada «Un doble por el Sí», que contará con la participación de basquetbolistas y entrenadores. Esta acción se enmarca no solo en una concepción de ampliar el número de protagonistas de la campaña, sino también en la propuesta de extender en forma capilar la militancia por el Sí.

Fagúndez comentó que la etapa que se abre es un nuevo desafío: «Repensar la campaña, porque es un trabajo muy diferente al que veníamos haciendo: ahora hay que armar mesas por el Sí en cada localidad y departamento. Ya ha habido varias actividades en los municipios».

«Nuestra capilaridad es necesaria para llegar a la mayor cantidad de gente posible –sostuvo, a su vez, Michelini–, en la medida en que los recursos para generar impactos propagandísticos posibles son muy escasos. Una diferencia con la recolección de firmas es que había muchas dudas de actores que, si bien apoyaban la recolección de firmas, creían que no se podía alcanzar, y ahora hay mucho convencimiento de que la victoria es posible.»

Por su parte, González afirmó que «en lo político tenemos que fortalecer a los brigadistas que van a salir a buscar el voto, que están dentro del movimiento sindical, cooperativo, a las fuerzas políticas que lo llevan adelante, con algunos tips fundamentales. Por ejemplo, el tema del desalojo exprés: la cuestión de los buenos pagadores, que también serían desalojados tras determinada cantidad de días. En cada capítulo hay que dar los elementos centrales, de fácil comprensión. Nuestro planteo tiene que ser muy pedagógico».

En la Comisión hay un acuerdo muy firme sobre los contenidos de la campaña, pero hubo algunos ruidos y disonancias sobre la consigna de la campaña, «La LUC no es Uruguay». Lo que preocupa a algunos es la introducción de la palabra no, cuando la papeleta para anular los 135 artículos de la ley dirá Sí; se entiende que el eslogan actual podría generar cierta confusión a la hora del voto.

De todas formas, analistas políticos y algunos referentes del FA no descartan que sobre la fecha del referéndum determinados elementos de la política oficialista incidan más en el resultado. En cuanto a esto, recuerdan que ya hay algunas situaciones sociales graves, como la caída del salario y de las jubilaciones, el incremento de la pobreza, el desempleo, en contraste con situaciones de acumulación de capital, expresadas en el incremento de los depósitos de los llamados malla oro, tanto a nivel nacional como en el exterior.

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