Las mujeres dedicadas al trabajo sexual se cuentan por miles. Sin embargo, poco parecen importarles a las autoridades, que lejos están de garantizar condiciones laborales dignas. La sociedad toda también mira para el costado mientras usa sus servicios. Una vieja iniciativa de legalizar el trabajo sexual dependiente motivó a un grupo de trabajadoras a elaborar un proyecto de ley que plantea el ejercicio de esta actividad de la única forma que consideran válida: libre y autónoma.
Un incienso clavado en el jabón agrietado de la pileta perfuma la habitación. Salvo por los penes artificiales sobre el estante, parece el interior de una casa de muñecas. Las paredes rosadas trepan alto y están tibias por la estufa a gas. Se filtra algo de luz a través de las cortinas floreadas y una lámpara red...
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