A pesar de sus escasos recursos económicos, Claudia Gutiérrez y Karina Núñez, referentes de la Organización de Trabajadoras Sexuales (OTRAS), no pensaron dos veces antes de salir de Montevideo rumbo a Durazno, en la tarde del martes 5. Querían apoyar y asesorar sobre sus derechos a las 17 trabajadoras sexuales de una whiskería clandestina ubicada en Pueblo Centenario, clausurada el viernes anterior tras un operativo policial que derivó en la formalización del dueño por «reiterados delitos de trata de personas en la modalidad de explotación sexual» y tráfico de armas.
Las dirigentes sindicales apenas habían contactado a tres mujeres uruguayas vinculadas a la causa judicial cuando se enteraron de una situación igualmente grave, aunque quizás los hechos no admiten comparación. Supieron qu...
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