Agua, levadura, malta y lúpulo. Con cuatros ingredientes y algunos implementos nada caros uno puede hacer cerveza. El primer paso es definir la receta. Puede ser una cerveza de estilo estadounidense, lupulada, con un amargor intenso; o una británica, maltosa; quizás una belga, de alta graduación alcohólica, pero al mismo tiempo liviana, de poco cuerpo.
Se calienta el agua, se muele la malta y se pone en agua caliente, a unos 65º-70º, durante una hora y media. Así el almidón de la malta se convierte en azúcar. La malta depende del tipo de cerveza. Está la malta base, que debe usarse siempre. Pero se le pueden agregar maltas especiales, tostadas o acarameladas. Luego se retira el mosto –el agua sin los granos de malta–, se pasa a una olla y se hierve. Cuando hierve se le agrega el lúpulo,...
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