No se salva nadie. Ni el gobierno, ni la oposición, ni gobernadores, y mucho menos los ex presidentes de la República. Según las declaraciones (de las famosas “delaciones premiadas”) de 76 ex ejecutivos de la constructora Odebrecht, políticos de una treintena de partidos habrían sucumbido a las mordidas y sobornos de la empresa brasileña. No sólo eso, también habrían accedido a sus peticiones y gobernado en función de sus intereses comerciales.
No es que la noticia cayera de sorpresa, en los últimos meses se rumoreaban algunos nombres, pero nadie esperaba que el juez del Tribunal Supremo Edson Fachin llegara a abrir investigaciones y convertir formalmente en reos a casi un centenar de políticos. Entre ellos una buena parte de la élite de Brasilia: ocho ministros del gobierno de Michel T...
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