Pese a que la jueza Elena Salaberry, del Juzgado Letrado de Trabajo del 7.o Turno, halló culpable en primera instancia a Arrozal 33 por producirle casi un 90 por ciento de incapacidad física a Julio de los Santos, quien respira con la ayuda de tanques de oxígeno, las partes victoriosas muestran y piden mesura. La sentencia, emitida el martes, se puede apelar. Pero lo cierto es que, de perdurar, este sería el primer caso ganado por un trabajador rural contra su empleador por envenenamiento con agroquímicos, lo que significa que este proceso judicial de tres años, que incluyó dos instancias periciales y un expediente de 1.500 páginas, fijaría un antecedente que podría citarse en casos futuros. En resumen, comenzaría la jurisprudencia.
«La exposición a factores contaminantes de naturaleza...
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