Las novelas del artista visual, músico, cineasta y escritor son acontecimientos literarios dignos de celebración.
Los primeros libros de Pablo Casacuberta –Ahora le toca al elefante (1990), La parte de abajo de las cosas (1992), Esta máquina roja (1995), El mar (2000), Una línea más o menos recta (2001)– marcaron una década literaria contundente durante la cual el autor exploró su obsesión por los espacios asfixiantes y los mundos privados conflictivos, a veces violentos. La suya era una narrativa inteligente, que privilegiaba el extrañamiento de lo real, el mundo onírico, la sexualidad en categorías de lo perverso, los límites de la incomunicación, de la locura y de la soledad. Coloreaba el viejo tema del doble con tonalidades originales y visitaba una zona emergente de la literatura...
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