El perro puede ser el mejor amigo del hombre, pero su vida suele ser corta en comparación a la humana, y no son pocos los dueños a quienes el duelo de una mascota a la que vieron nacer y desarrollarse se les vuelve particularmente doloroso. Por eso es que la empresa surcoreana Sooam Biotech Research Foundation se aboca a un servicio singular y también sumamente lucrativo. Desde hace por lo menos una década se dedica principalmente a la clonación de perros.
Con un costo de 100 mil dólares, el dueño de una mascota fallecida puede encargar otra, físicamente muy parecida.1 “Cuando su perro haya muerto, NO ponga el cadáver en el freezer. Siga estos pasos pacientemente: 1. envuelva el cuerpo en toallas húmedas. 2. Colóquelo en el frigorífico para conservarlo frío. Tenga en cuenta que tiene aproximadamente cinco días para extraer de forma segura las células vivas.” Así rezan las instrucciones detalladas en la página web del laboratorio.
La empresa implementa con perros la misma técnica que se utilizó para clonar hace ya más de veinte años a la oveja Dolly. Consiste en tomar una muestra de células de la mascota, detener su crecimiento, recoger óvulos de una perra donante a los que se les extrae el núcleo (ahí se encuentra el material genético) y mediante una descarga eléctrica fusionarlo con el adn de esas células. El embrión resultante es implantado en el útero de otra perra, quien a los 60 días parirá un clon cachorro.
Pero el negocio de la clonación de canes no tiene como clientes únicamente a magnates de diferente porte, sino también a ciertas divisiones estatales. El Departamento de Aduanas de Corea del Sur utiliza clones de perros rastreadores canadienses para que trabajen en el principal aeropuerto surcoreano. Como para reafirmar la idea de que son meros instrumentos creados con ese único fin, todos estos clones se llaman Toppy, combinación de las palabras “Tomorrow” (mañana) y “Puppy” (cachorro). Como regalo a Rusia, el gobierno de Seúl decidió enviarle a la potencia tres cachorros de la raza belga Malinois, “superperros” clonados del mejor ejemplar de control y detección de sustancias ilícitas de Corea del Sur.
La prensa argentina informaba el año pasado acerca de la primera mascota de una familia porteña clonada, quienes se contactaron con la única representante en Latinoamérica de Sooam, la firma argentina Biocan. Así, obtuvieron una nueva versión de su fallecido perro mestizo.
Ahora bien, los expertos aseguran que nacimientos de este tipo pueden ocasionarle tempranos perjuicios a las mascotas clonadas: “Cuando clonaron a la hija de la oveja Dolly en 1996, su clon mostró signos prematuros de vejez ya que llevaba acumulados los años vividos por su madre, que fueron transmitidos en sus células. En estos 20 años las investigaciones continuaron y se afinaron las técnicas, pero existe más riesgo de que enfermedades o predisposición a ellas se puedan trasladar a la descendencia”, señalaba a diario Clarín Leonardo José Sepiurka, vicepresidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria.
- Los clones nunca son del todo idénticos al original; en un organismo vivo siempre hay grupos de células que se activan en determinados momentos del desarrollo, dando lugar a cambios en la imagen.