Financiamiento lateral - Brecha digital
Los negacionistas de la pandemia en Alemania

Financiamiento lateral

Rechazo a los tapabocas, conexiones con la ultraderecha y financiación irregular: Querdenken 711, el movimiento conspiranoico más convocante de Europa, lo tiene todo.

Manifestantes con banderas del Imperio alemán en una protesta contra las restricciones sanitarias en la puerta del Parlamento. Berlín, 20 de agosto de 2020. Afp, John MacDougall

La expansión del virus SARS-CoV-2 hasta convertirse en una pandemia, la crisis sanitaria que sobrevino y las restricciones a las libertades impuestas por los gobiernos para intentar contener la emergencia hacen que la realidad sea tan excepcional como incierta. Estas circunstancias son tierra fértil para la proliferación de relatos conspirativos capaces de ofrecer una explicación simple sobre un tema por demás complejo. En el último año, los gobernantes han tenido en sus manos un poder sobre la vida de los ciudadanos pocas veces visto en regímenes democráticos y la ciencia ha alcanzado una relevancia pública inédita. Y justamente esos son dos pilares sobre los que se sustenta el pensamiento conspirativo: la desconfianza en las instituciones y la negación de la evidencia científica.

En Alemania, el repudio a las medidas para controlar la covid-19 ha conseguido unir tras una misma causa a colectivos que van desde los antivacunas, pasando por los esotéricos y refutadores del cambio climático, hasta creyentes del delirio pedófilo-satánico de Qanon y diversos movimientos de ultraderecha. La deslegitimación de las autoridades, tanto políticas como científicas, y la defensa de la libertad fueron las consignas con las que esta miscelánea de grupos logró reunir a 30 mil personas en las calles de Berlín el pasado agosto.

En su tradicional discurso de fin de año, la canciller Angela Merkel sostuvo que la pandemia «ha golpeado mucho a todos y a algunos demasiado» y la calificó como «un desafío que ocurre una vez en un siglo». La canciller ya había alertado sobre el reto que representan las actuales circunstancias para la democracia. En esta ocasión, hizo referencia a «un puñado de incorregibles que niegan el virus» y dijo que los relatos conspirativos «no sólo son falsos y peligrosos, sino también cínicos y horribles».

PENSAMIENTO LATERAL 711

De todos los movimientos encolumnados detrás del rechazo a las restricciones del gobierno alemán por la covid-19, Querdenken 711 (Pensamiento Lateral 711) es el que ha conseguido hacerse con la voz cantante. La aparición pública de este grupo ocurrió en la primavera de 2020 cuando su fundador, Michael Ballweg organizó en Stuttgart una vigilia por la ley fundamental –el nombre que recibe la Constitución en Alemania–. Consultado por Brecha sobre Querdenken 711, el licenciado en Filosofía por la Universidad Humboldt de Berlín Mateo Dieste explicó: «Algunos de los miembros más prominentes están involucrados en militancias a partir de cambios en el estilo de vida, aquello que los académicos llaman lifestyle activism: la idea de que, modificando mis hábitos alimenticios, haciendo deporte o meditando, puedo cambiar al mundo».

En un principio, el movimiento se presentaba como un espacio «libre de corrección política», donde todas las ideas serían valoradas y debatidas; un lugar de iniciación en la militancia para aquellos que nunca habían participado en un partido político o en un movimiento social, pero que ahora, frente a lo que consideraban un avasallamiento de las libertades fundamentales, tenían el deseo de manifestarse. «Somos apartidistas y no excluimos ninguna opinión», decía uno de sus primeros manifiestos.

Según Dieste, los miembros de Querdenken 711 no tienen una matriz única, pero comparten algunas características: «el rechazo a los denominados medios hegemónicos y la reivindicación de Internet como espacio utópico de información horizontal»; «el abandono de la ciencia por considerarla el discurso oficial de las elites que dominan al mundo»; la idea de que «ser crítico está vinculado a una experiencia de revelación: despertarse y tomar conciencia de lo que realmente sucede».

En agosto, Ballweg –hasta entonces un empresario de tecnologías de la información, de 45 años, sin antecedentes en la militancia– se paró sobre un escenario en el corazón de la capital alemana para dar un discurso salpicado con frases propias de un manual de autoayuda, en el que exigió la dimisión del gobierno federal y la convocatoria a una asamblea constituyente para redactar una nueva ley fundamental.

BAJO LA MIRADA DE LA INTELIGENCIA

Ballweg siempre ha afirmado que su movimiento es pacífico y que los extremistas no tienen lugar en él. Sin embargo, por los escenarios de Querdenken 711 no sólo han pasado personajes con discursos conspirativos en torno a Bill Gates o negacionistas del virus, sino también antisemitas, xenófobos y racistas. «Me he dado cuenta de que mi poder reside en juntar a la gente», decía en su alocución en Berlín. Según reseña el periódico Süddeutsche Zeitung, él y varios seguidores se reunieron al menos una vez con Peter Fitzek, el líder de los Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), un movimiento que niega la legitimidad del Estado de la República Federal por considerar que el territorio alemán continúa ocupado desde 1945.

A principios de diciembre de 2020, los servicios de inteligencia regionales de Baden-Württemberg, estado federado del suroeste, decidieron poner bajo vigilancia a Querdenken 711. Según las leyes alemanas, cualquier organización que ponga en peligro el funcionamiento básico de la democracia es pasible de ser investigada por la Oficina de Protección de la Constitución.

Para las autoridades, el movimiento liderado por Ballweg ha ido de la protesta legítima a un creciente impulso despectivo hacia el Estado. El Ministerio del Interior de Baden-Württemberg recuerda en su comunicado que la libertad de opinión y de reunión son derechos indispensables para el funcionamiento democrático, pero afirma que «se cruzó una frontera cuando las fuerzas extremistas se aprovecharon de las libertades fundamentales para avanzar en sus relatos de conspiración ideológica». Si bien aclaran que la mayoría de los participantes en sus manifestaciones no son extremistas, aseguran que muchos de sus miembros más influyentes están en proceso de radicalización y que sus vínculos con grupos antidemocráticos –como los Reichsbürger– son evidentes.

EL NEGOCIO DEL NEGACIONISMO

La forma en que se financian las organizaciones siempre es una buena forma de evaluar su transparencia y su coherencia respecto a los principios que reivindican públicamente. Según el propio Ballweg, después del ascenso vertiginoso de su movimiento, decidió vender su empresa, retirar por adelantado su plan de pensiones y poner ese dinero a disposición de la causa. En un comunicado de prensa declara que «prefiere vivir en un mundo libre sin dinero que con mucho dinero y sin libertad».

Sin embargo, un informe del colectivo Netzpolitik.org y de la cadena estatal ZDF muestra que Querdenken 711 es un emprendimiento muy lucrativo. En la investigación se revela que la organización no tiene una forma jurídica definida, ya que no es ni una asociación, ni una fundación, ni una empresa: es sólo un conjunto de cuentas bancarias a nombre de Michael Ballweg. Además de registrar la marca Querdenken 711 y abrir una tienda online de merchandising, su líder recibió transferencias bancarias a su cuenta personal con «regalos» para su movimiento. A diferencia de las donaciones con las que se financian numerosas organizaciones, el dinero recibido como regalo está libre de impuestos y quien lo recibe no tiene la obligación de rendir cuentas de su gasto.

Si bien no se conocen las cifras recaudadas, un episodio relatado por el semanario Der Spiegel muestra el potencial músculo financiero de Querdenken 711: en mayo, poco antes de una manifestación organizada en Stuttgart, uno de los camiones que llevaba el equipo técnico para el escenario se incendió. El fuego no dejó nada. Entonces Ballweg pidió a sus seguidores ayuda financiera para compensar la pérdida. A los pocos días informó que la colecta había sido un éxito: se habían recaudado 220 mil euros.

A pesar de que haya aclarado que actúa como una persona privada y que, por lo tanto, no puede aceptar donaciones sino sólo regalos, por los montos y el uso que el fundador de Querdenken 711 hace del dinero recibido es altamente probable que el siempre celoso fisco alemán abra una investigación sobre la financiación del movimiento.

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