Desde el título, esta novela de Martín Casariego (Madrid, 1962) delata su humor y su forma narrativa. Coloquial, suelta, entremezcla diálogos y descripciones urbanas o rurales, itinerarios de distinta índole –de cuidados policiales o de farra corrida– que discurren, básicamente, en Madrid y San Sebastián. La trama se mueve entre las precauciones que Max Lomas –protagonista y narrador– y su equipo toman para proteger a un profesor amenazado por la ETA en el País Vasco –Max trabaja como escolta en esos años de fines de los ochenta, cuando los etarras siembran bombas y cadáveres a discreción–, y las recorridas interminables por bares y discotecas madrileñas con Elsa, la rubia camarera de la que se enamoró a primera vista cuando esta le sirvió una copa en uno de esos recurrentes mostradores. ...
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