Las dos Colombia que chocaron el domingo 2 encarnan mundos que se temen. Una realidad que antecede, con mucho, el posicionamiento ideológico y viene a justificar distancias culturales sobre las que toman forma las diferencias políticas. Esos dos mundos pudieron más que las largas negociaciones entre gobierno y Farc en La Habana, sobrevolaron el macizo apoyo internacional a la firma de la paz, y desbarataron el más serio y firme intento por superar una guerra de 52 años.
El Sí tenía todo a su favor, con el respaldo que había recibido desde el gobierno y la oposición de izquierda moderada, agrupada en el Polo Democrático, hasta los gobiernos de la región y los organismos financieros internacionales, pasando por diversos movimientos sociales. La propia directora general del Fondo Monetario...
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