Seis años duró en Portugal, con más bajos que altos en los últimos tiempos, la experiencia de un gobierno del socialdemócrata Partido Socialista (PS) apoyado desde fuera (sin participación en el gabinete) por partidos a su izquierda, el Comunista (PCP) y el Bloque de Izquierda. Entre 2015 y 2019 los tres grupos pactaron un programa de marcos muy precisos, que, aunque no condujo a cambios de fondo ni tocó reformas liberales adoptadas en los años anteriores (la flexibilización del mercado de trabajo en un sentido claramente proempresarial, por ejemplo), permitió un aumento del nivel de ingresos de los sectores populares y una reducción de las desigualdades, así como avances en materia de derechos. Sus detractores llamaron a ese pacto –complicadito, vistas las difíciles relaciones entre los...
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