El conflicto de los trabajadores del gas con la filial de la trasnacional Petrobras deja de ser un enfrentamiento entre David y Goliat para convertirse en una cuestión de soberanía nacional.
Fracasada la presión de la huelga de hambre de tres
obreros, fracasada la mediación del gobierno, fracasada la disposición del
sindicato a mantener un diálogo con la patronal, los trabajadores del servicio
de gas por cañería iniciaron una huelga general por tiempo indeterminado, a la
vez que el Pit-Cnt decretó, para
el martes 25, un paro nacional de 24 horas en defensa de la negociación
colectiva, en contra de las políticas privatizadoras y en solidaridad con los
gremios que enfrentan medidas patronales antisindicales. Pero nada de esto
parece, a primera vista, doblegar la intransigencia de Petrobr...
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