Hasta la mitad del año pasado la actividad venía funcionando con ritmo y relativa normalidad. Los altos precios que ya se pagaban internacionalmente y los prometedores números de faena de ovinos y bovinos de ese momento indicaban que el cierre de 2021 sería de buen pasar para la industria frigorífica local. Quedaba, sin embargo, una negociación colectiva por delante, en la que los trabajadores esperaban que los buenos números del sector tuvieran un correlato en la mejora de sus salarios, que acumulaban una pérdida en su poder de compra mayor al 4 por ciento, luego de lo acordado en la ronda puente de 2020.
Con el inicio de la novena ronda de consejos de salarios quedó en evidencia que alcanzar un acuerdo no iba a ser tarea sencilla. Las diferencias en torno al porcentaje de recuperació...
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