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Voces y expectativas en Centenario y sus alrededores.

El olor a monte

En Centenario, el pueblo de Durazno cortado a la mitad por la ruta 5, la confirmación de la llegada de Upm 2 despierta esperanzas, después de tantos años de espera. En sus vecinos de Paso de los Toros, también. Pero la ilusión de trabajo y prosperidad viene acompañada de algunos miedos porque, en definitiva, quienes vendrán no son más que desconocidos. Los currículums se arman por doquier, aunque un gran porcentaje no tiene con qué completarlos.

Orfelia Fagúndez junto a su hijo Echdeu Pinto / Foto: Héctor Piastri

Centenario es el nombre de 1.500 personas, 2 mil solares, años de historia, un ferrocarril, un puente macizo que atraviesa un río engañoso que hace creer, con su ancho y sus curvas, que Uruguay es grande. Grande como Tacuarembó, de donde podría ser Centenario, si el Río Negro, con su opulencia, no se posara entre Paso de los Toros y este pueblo. Centenario lleva el nombre en letras naranjas y tiene en su entrada la estatua de un indígena. Hasta tiene su propia canción, compuesta por Enrique Gómez: “Por eso lo premia el sol, es pura naturaleza, porque Dios con su nobleza hizo un gran escenario”.

Centenario
son 150 niños que asisten cada mañana a la escuela número 39 y los jóvenes que
cruzan en bicicleta hacia el otro lado, hacia Paso de los Toros, entre la
neblina que todo lo tapa, acor...

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