A cinco meses de su cierre, el 11 de agosto de 2020 el Complejo Cinemateca abrió sus puertas y sus salas fueron, por un tiempo, las únicas en funcionamiento de toda América Latina. Pero como la situación distaba bastante de lo ideal, la institución lanzó una campaña sumamente simpática: con una imagen icónica de Totoro –el entrañable espíritu del bosque de la animación japonesa Mi vecino Totoro–, se pedía una contribución a los espectadores, señalando que, debido a que muchos asientos quedarían libres debido a los aforos, podían invitar a un «amigo imaginario» a sentarse en la butaca contigua, abonando un extra de 50 pesos como apoyo a la institución. La iniciativa fue muy bien recibida y Cinemateca vendió desde entonces más de 600 entradas a amigos imaginarios, algo que habla del apoyo i...
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