La intoxicación que sufrió el director del Centro de Máxima Contención de Inisa el 23 de mayo, por tomar un jugo que supuestamente es el mismo que toman los adolescentes y jóvenes encerrados allí, reactivó el fantasma de la sobremedicación de los adolescentes privados de libertad.
La situación en el
Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) no es la misma que en 2008, por tomar un parámetro
más o menos reciente; sin embargo, algunas prácticas de ese entonces todavía se
repiten. De 2008 –cuando ni siquiera se llamaba Inisa–
algunos educadores recuerdan cómo se “babeaban” los adolescentes en la
mayoría de los “hogares” de la Colonia Berro, o cómo debían trapear los pisos
antes de empezar un taller. Hoy, muchos adolescentes no llegan a los talleres
porque se quedan durmie...
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