El paraje canario Margat –donde nace el agua potable para gran parte del país y una biodiversidad rica en especies nativas– está en peligro desde hace décadas tras el avance del hombre y con él la caza, los agrotóxicos y las industrias locales. Una iniciativa ciudadana para preservar la zona fue presentada hace ya tres años, y aunque desde la Intendencia de Canelones recogieron el guante, sigue sin ser declarada área protegida. El movimiento de vecinos ha virado desde la más enérgica militancia, al desánimo y el enojo frente a la “desidia política”.
La “quijotada” de los vecinos y técnicos de declarar a la zona de François Margat como área protegida y como un parque natural metropolitano pegado a la ciudad de Canelones empezó en 2010. Pero en setiembre de 2014 se la jugaron y propusiero...
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