Ayer jueves Mariana se tendría que haber recibido de alférez, tras cuatro años de estudio en la Escuela de Aeronáutica, donde ingresó cuando tenía 19 años. Pero este año quedó embarazada y por eso le dieron de baja de ese centro de estudio, algo que ahora junto a su familia intenta revertir.
El 10 de junio los padres de Mariana recibieron una llamada en la que se les informaba que su hija estaba internada en el Hospital Militar y tenía algo para contarles. Salieron lo más rápido que pudieron hacia allí, el viaje se les hizo largo y cargado de todo tipo de pensamientos.
Cuando llegaron, se les indicó que fueran a maternidad. En la sala, Mariana, llorando, les dijo que estaba embarazada, ellos la saludaron felices y los miedos del camino desaparecieron.
Pero a la noticia le siguió el anuncio nada agradable de que Mariana debía abandonar la Escuela de Aeronáutica, ya que el reglamento de la institución impide que las estudiantes sean madres o estén embarazadas.
Dicho reglamento es del año 2007 y fue aprobado en un decreto que lleva la firma del presidente Tabaré Vázquez y de la entonces ministra de Defensa, Azucena Berrutti. El texto indica entre los requisitos para ingresar a la escuela aeronáutica “ser soltero/a sin descendencia cierta o esperada, debiendo mantener esta situación hasta egresar del instituto”.
Fue reformado en 2009, mediante otro decreto firmado por Vázquez y el entonces ministro José Bayardi, para eliminar los elementos de discriminación por la elección sexual de los postulantes a las escuelas militares del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea. Fue en ese año recién que se retiró la homosexualidad como causa de no aptitud para el ingreso y dejó de ser considerada como “enfermedad psiquiátrica y otros trastornos de conducta” para las academias de las Fuerzas Armadas donde se forman oficiales, pero se mantuvo el impedimento de ser madre o padre.
El Ministerio de Defensa considera necesario que se hagan nuevos ajustes al reglamento de las escuelas militares que descarten condicionantes como la de no ser madre o padre, pero no maneja fechas para concretarlo, dijeron fuentes de esa secretaría de Estado a Brecha.
El requisito viola diversas normas, entre ellas la ley de educación aprobada en 2008, que en su artículo 74 indica: “Las alumnas en estado de gravidez tendrán derecho a continuar con sus estudios, en particular el de acceder y permanecer en el centro educativo, a recibir apoyo educativo específico y justificar las inasistencias pre y posparto, las cuales no podrán ser causal de pérdida del curso o año lectivo”.
La crónica del derrotero de Mariana comenzó a circular entre redes de mujeres integrantes de organizaciones de la sociedad civil y de partidos políticos, que reaccionaron con sorpresa e indignación. Hubo contactos de legisladoras con autoridades del Ministerio de Defensa para profundizar en el caso y la normativa vigente en las escuelas militares, y además para plantear la necesidad de cambiarla.
La senadora frenteamplista Mónica Xavier marcó la necesidad de cambiar estos reglamentos y fue una de las que dialogó con los jerarcas de Defensa. “Estamos sensibilizadas por esto, el asunto tuvo una amplísima discusión y multiplicó los esfuerzos que todas las mujeres pudimos encarar. Estoy esperanzada de que haya transformaciones importantes a nivel de los decretos que estén contraviniendo derechos de las personas, como en este caso el de esta joven madre”, dijo a Brecha.
POR LA PUERTA DE ATRÁS. Ayer, jueves, los padres de la joven dada de baja se reunieron con el comandante de la Fuerza Aérea, Alberto Zanelli, quien les ratificó que su hija no ingresará nuevamente a la Escuela de Aeronáutica debido a que el reglamento no lo permite, y les ofreció que en plazos más largos y por otras vías llegue al grado de oficial. Los padres rechazaron la propuesta y aseguran que seguirán intentando que su hija reingrese y termine sus estudios, como lo habilitan las leyes vigentes.
“Ella termina pidiendo la baja porque se le presentó en estos términos: ‘Pedí la baja o te la damos’, basados en un reglamento del año 2007 que señala que para egresar de la escuela no se puede tener descendencia cierta o esperada”, relató Ana Ramírez, madre de Mariana, a quien le dieron la posibilidad de ingresar como soldado a la Fuerza Aérea, aunque su sueño es ser oficial navegante.
El día que se concretó la baja, en un vehículo militar la llevaron a su casa con las pertenencias que fue acumulando en los cuatro años de escuela. Se abrazaron llorando con una amiga de tanda. Mariana le comentó a la madre que la echaron “por la puerta de atrás”.
La hija de Mariana ya nació y el nombre fue elegido entre sus compañeras de curso en la Escuela de Aeronáutica. Luego comenzó el peregrinaje de ella y sus padres por el Ministerio de Defensa y el comando de la Fuerza Aérea.
El 7 de setiembre pidieron que se le diera el reingreso a la Escuela Aeronáutica para que pudiera terminar el año. Transcurrieron las semanas y el 30 de noviembre presentaron un escrito al comando de la aeronáutica, porque les avisaron que faltaba el consentimiento de la joven ratificando lo que sus padres pidieron al ministerio.
El viernes 11 de diciembre se enteraron de manera extraoficial que el pedido fue denegado por el comando de la Fuerza Aérea, donde concurrieron ayer jueves.
Los padres de Mariana comunicaron lo sucedido a diferentes instituciones, como la Presidencia de la República (desde la Prosecretaría quedaron en contestarles la semana próxima), la Institución de Derechos Humanos (que los recibirá la semana entrante), la Red de Mujeres Políticas, la Bancada Bicameral Femenina y la Comisión de Defensa del Senado.
“Vamos a dar batalla con esto, por ella y por los que vienen, como ella me plantea”, dijo Ramírez.
“A algunos les costó entender el tema del género, cuando está clara la discriminación, pero de a poco la gente se da cuenta. El hombre puede llegar a egresar si no tiene descendencia conocida, y si después de su egreso la institución se entera de que sí la tiene no le llega a corresponder ningún tipo de sanción. O sea que no se le da la baja, sino que continúa en la institución. A las mujeres, debido a que si están embarazadas es inocultable, se les da la baja definitiva”, explicó.
Tras hacer público el caso, a Ramírez le llegaron varios casos de mujeres y hombres que sufrieron por esta condición que impone el reglamento de las escuelas militares, entre ellos de mujeres que abortaron varias veces para no ser expulsadas.
“Cuando uno entra a un instituto como este es para ser soldado, no para ser sacerdote, hay una diferencia abismal”, resaltó. Ella conoce que algunas mujeres “se fueron de baja o quedaron en cargos administrativos, pero sin saber que tenían elementos dentro de las leyes para exigir sus derechos”.
“Es increíble que por el hecho de estar embarazada no tengas derecho a trabajar o estudiar. Ser madre no es delito. A ella le impusieron la sanción más grande, que es la expulsión definitiva; como que la condenaron”, agregó indignada. Por eso cree que cambiar este decreto “sería un avance para las mujeres y los hombres dentro de las Fuerzas Armadas. La presión en la vida sexual de los aspirantes es muy fuerte, gente que posterga familia o que no tiene novia o novio por este tema”.
Entre los derechos que consideran lesionados por esta situación, Mariana y sus padres mencionan el principio de la igualdad, el derecho al trabajo y al estudio. “Hay discriminación, violencia, hay temas de vida, de género, convenciones internacionales y leyes nacionales violadas. No se puede permitir que en un caso así sea el propio Estado el que viole los derechos humanos. El orden de las normas es muy importante y un ejército debería tenerlo bien claro, que primero está la Constitución y la ley y después un reglamento”, concluyó Ramírez.
[notice]Otros requisitos
Las escuelas militares de las Fuerzas Armadas y el Liceo Militar comparten en sus reglamentos de ingreso que se debe “ser ciudadano/a natural, de estado civil soltero/a, sin descendencia cierta o esperada y mantener dicho estado durante su permanencia en el instituto”.
Entre los requisitos de ingreso a la Escuela de Aeronáutica figura que las mujeres postulantes deben presentar un Pap (examen Papanicolau), y aclara que esto es “sólo para aquellas postulantes que hayan iniciado su vida sexual”. El Liceo Militar exige un certificado de realización del examen de Vih que no puede superar los seis meses de antigüedad.
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