Hay que llegar a la terminal Colón y después tomarse un ómnibus local que pasa en hora, pero poco. Al final del camino hay un parque que está siendo, a la vez que una nueva propuesta educativa, alojamiento de emprendimientos agroecológicos que ya usan pantalones largos, y que es ventana al lindo lugar donde nace –limpio y bienoliente– el Pantanoso. Lo administra la Intendencia de Montevideo y, en el marco del plan que esta dibuja para la cuenca del arroyo, ocupa un lugar singular.
Había
quedado pendiente ver el conjunto del parque desde la
azotea del edificio principal, recorrer el tambo caprino, averiguar sobre el
laboratorio del Ceibal que también funciona allí y sus posibilidades para
auxiliar en los monitoreos de la situación ambiental.
Las 25 hectáreas del Parque de
Actividades...
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