Cuando en el año 2010 la editorial Emecé publicó una colección de libros de cuentos de escritores argentinos jóvenes, incluyó, entre otros, a Mariana Enríquez (1973), Samanta Schweblin (1978) y Federico Falco (1977). Del cordobés eligió el volumen de cuentos La hora de los monos, que lo instaló con fuerza en la escena contemporánea de las letras argentinas. En la actualidad legitiman su recorrido literario, además de una nouvelle y un libro de poesía, cuatro colecciones de cuentos, entre ellas Un cementerio perfecto, de 2016, y La hora de los monos, reeditada el año pasado por Eterna Cadencia.
Resulta natural sostener que su escritura no abandona la vara del realismo. De igual forma, habilita una combinación de mecanismos retóricos proclives a hacer que lo real se perciba como el espacio...
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